martes, 29 de abril de 2008

El Bipolar - As en la manga - (Segunda parte)



Nota: Para comprender este post seguramente será necesario leer antes acá.


Decía entonces, que esa noche me dormí en brazos de Don Juan de Marco y me desperté con el hermano idiota de la película Rianman.
Recordemos que mi último pensamiento antes de dormir fue "el sexo fue malo porque es la primera vez". A la mañana siguiente sentí movimientos en la cama. El Bipolar buscaba frenéticamente su celular en la mesita de luz. Yo con un solo ojo abierto y semi desnuda pregunté la hora con voz de bella durmiente recién besada. Eran la una del mediodía de un miércoles, ambos habíamos acordado la noche anterior dejar de lado nuestras obligaciones matutinas. El Bipolar tiene un puesto gerencial en una empresa de telecomunicaciones que le permite manejarse con cierta soltura con respecto a los horarios. Ese día no iría a trabajar pero así y todo después de contestarme con un hosco "Son la una" saltó de la cama y se vistió mas rápido que Superman. Intenté reaccionar en un instante. La sensación de mi desnudez frente a su frenetismo me hizo sentir vulnerada. Agradecí para mis adentros que él se metiera en el baño. Me sentía expuesta. Respiré profundo y me vestí lo más rápido que pude. Cuándo salió del baño ya lavado y peinado, yo estaba sentada en la cama vestida y con cara de nena trasnochada. Entró entonces a la habitación y sin decir palabra abrió las cortinas y las ventanas de par en par. Yo lo miraba extrañada y muda pensando que había pasado mientras dormíamos. ¿Lo habían secuestrado los extraterrestres y le cambiaron el cerebro? ¿ Sería un esquizo mal medicado? ¿Quizás yo mientras dormía lo llamé por el nombre de mi primer novio?. Quien sabe.
Mientras él iba como una tromba de aquí para allá terminé de ponerme las botas y salí de la habitación. Desde la cocina lo escuché decir " ¿Te gusta el mate?" y pensé "Bueno, quizás necesitaba tiempo para despertarse".
Fui al baño, me tiré bastante agua en la cara y me acordé de todos los detalles de la noche anterior, el baile, la penumbra, la risa. Suspiré como quinceañera y salí dispuesta a retomar ese clima.
Él estaba entonces, sentado frente a su computadora haciendo movimientos complusivos, con una mano escribía mails y con la otra hacía no se que cosa con el teléfono celular. "Ahí está el mate" dijo sin mirarme. Al instante comprendí que estaba con algo del laburo. Entonces me llamé a sociego y cebé un par de mates. Le ofrecí uno y me dijo "No gracias". Los minutos que se sucedieron fueron interminables. Sentía ganas de salir corriendo, estaba desolada, me sentí terriblemente sola y confundida. Expuesta, vulnerada y asustada. Le dije "Bueno Bipolar (no le dije bipolar, le dije por el nombre) me voy para casa". Sin levantar la vista del teclado me dijo "Ok, ¿no te jode tomarte un taxi no?". Y no la verdad es que no me jodía en lo más mínimo necesitaba salir de ahí, de él, de su mutismo. En silencio bajamos por el ascensor, sin tocarnos ni mirarnos. Abrió la puerta de calle y en silencio también me acompañó hasta las esquina. Esperamos un taxi y creo que comentó algo sobre el clima "Que día pesado" o algo así. Cuando llegó el taxi puso su mejilla en mis labios y dijo la frase. La puta frase. "Hablamos".
Ese día no pude pensar. Llegué a mi casa y me bañé como 15 horas seguidas. Con el paso de las horas todo se iba desdibujando y yo intentaba desdramatizar. Por supuesto por un par de días no tuve noticias de él y eso me confundía más todavía. Lo veía conectado al msn pero no me hablaba y si hay algo que yo tengo es orgullo así que me quedaba como estúpida frente a la pantalla de mi computadora viendo como él no me hablaba. Finalmente 6 días después me guardé el orgullo en el corpiño y le escribí un prudente "Che, ni para saludarnos por acá da?" Al instante el respondió que había estado a full con el laburo y mil quilombos, que lo disculpe, que quería verme que hablábamos a la noche.
Entonces esa noche vía msn me preguntó "¿ Sabés juagar al póker?" y ahí se empezó a desdoblar esta historia. Tres horas más tarde yo tocaba el timbre de la casa del Bipolar. Iba dispuesta más que nada a aclarar la situación de la semana anterior.
Me abrió la puerta y me saludó con un beso en la mejilla. La casa estaba exacta. La música perfecta y la mesa de póker con las fichas preparadas. El póker es un juego muy racional y muy seductor entonces sentí que podía ganar terreno. Jugamos y le gané un par de manos. Y ahí comenzó la seducción. Él hablo de mi voz, de mi inteligencia y de mi independencia. Yo no le creí nada. Estábamos pares. El tenía un as en la manga pero yo me había pegado el ancho de espada en la frente. Me sedujo y lo seduje. Él estaba otra vez rendido, quería acercarse. Pero estaba inseguro. De él y de mí. Yo olfateaba su miedo. Y entonces le escupí con toda mi ironía " ¿El otro día no estabas bien? Me pareció que me acosté con una persona y me levanté con otra" Respondió no se que cosa de su dificultad para relacionarse y su inseguridad. Dijo que su vida estaba completa. Que le bastaban sus libros, su música y sus ideas pero que le gustaba compartir momentos conmigo. Hizo un chiste sobre su lamentable desempeño sexual y me acarició despacio el cuello. Le pedí que llamara un taxi, que yo ya había dicho lo que tenía para decir. Me pidió que me quedara con él y me abrazó. Entonces otra vez. El sexo horrible y egoísta.
La mañana siguiente no me agarró desprevenida. Nos quedamos dormidos pero esta vez él tenía reunión impostergable de no se qué cosa a la cual llegaría terriblemente tarde. Yo salté de la cama negándole mi desnudez. Me envolví con la sábana y el expuesto entonces fue él. Junté la ropa delante de sus ojos autistas y me fui a vestir al baño. Cuándo salí él ya estaba vestido. Sin hablar bajamos al ascensor y le dije "Conozco el camino, no me acompañes". Hice chocar mi mejilla con la de él y le dije "Hablamos". Impávido, parado en el medio de su nada, se quedó mirando como me subía a un taxi. Yo no me dí vuelta para mirar para atrás.
Esta vez me sentí más aliviada. Estábamos casi a mano. Me debía unos cuantos orgasmos es cierto pero había quedado más que claro para ambos que el incapaz era él. Yo me había sacado la mierda de adentro y estaba convencida de que él no era más que alguien con un buen modus operandi.
No voy a negar que a lo largo de los días cada tanto se me cruzaban por la cabeza el perro labrador, el baile y los hijos feos pero a decir verdad mi teléfono celular estallaba de demandas de hombres como la gente, el nene, el amante y hasta el complicado morían por verme. Eso levantó al mil por ciento mi autoestima y me dispuse a dejar al Bipolar en el olvido. Pero como siempre sucede en estos casos ellos, todos, siempre vuelven con el equino exhausto. Y él será Bipolar pero no boludo y volvió arrastrándose con una excusa berreta para darme letra y escribir la tercera y última parte de esta historia.


Continuará...

domingo, 27 de abril de 2008

El Bipolar (Primera Parte)


Nota: Este post es una emergencia. Si bien todos lo escrito en este blog tiene que ver con historias propias y reales, en este caso voy a narrar en primera persona los hechos tal y como sucedieron, dado que necesito plasmar en algún lado lo que acabo de vivir de manera concreta. Supongo que para poder hacerme cargo y terminar de digerirlo. Voy dividir la historia del Bipolar en varias partes porque una sola sería demasiado larga.
Lo que leerán a continuación es real cualquier parecido con la ficción es mera casualidad. Enjoy it!


Al Bipolar lo conocí hace apenas 25 días.
Un martes a la noche charla msn con mi amiga de por medio empieza a circular el nombre de El Bipolar. Un amigo de su novio. Que "bueno dale organizá algo y salimos los cuatro" que " Te paso una foto, no es muy lindo pero bueno", que " No te preocupes no me gustan los carilindos" Bla, bla.
Ya entrada la medianoche mi amiga le pasó a su novio mi msn para que este a su vez se lo pasara al Bipolar que parece ser, en ese momento apareció on line. A los 2 minutos y medio de haber dado yo el ok para el intercambio de direcciones, apareció el pedido de admisión. El Bipolar tiene como nick su nombre escrito al revés. Fue lo primero que me dio mala espina porque tengo la teoría (basada en hechos que alguna vez contaré aquí mismo) que la gente que usa como nickname su nombre al revés es, cuando menos, una persona complicada.
El Bipolar entonces empezó a hablarme. Debo decir que a la quinta frase ya habíamos coincidido en 4 cosas, me había hecho reír 9 veces y me había dado ternura otras 15. Hablamos como si nada casi por una hora y El Bipolar entonces hizo la pregunta ¿Te tomarías algo conmigo? al instante y sin pensarlo, como si no fuera la una de la madrugada de un miércoles le dije "Dale".
Una hora después El Bipolar estacionaba su auto último modelo en la puerta de mi casa. Yo me subí como si él no fuera un extraño de quien dos horas atrás no sabía ni el nombre. A las dos cuadras yo ya me había prendido un pucho y le había cambiado el cd que tenia en el stereo. Puse Bersuit. "Mi grupo favorito" dijo él.
Y así arrancó la noche. Caímos en un bar de plaza Serrano (el de la terracita con velas) y pedimos cerveza. A los 20 minutos de charla yo ya quería que sea el padre de mis hijos, comprar un perro labrador e irnos a vivir al campo a sembrar soja y quemar pastizales. Pero no.
El Bipolar estéticamente no es mi tipo, en realidad creo que no es el tipo de nadie. Es decididamente feo. Flacucho y desgravado. Pero la verdad es que si en ese momento alguien me decía "Pero este tipo es feo" yo iba a contestar que en realidad tenía una belleza exótica.
El Bipolar había logrado en menos de 3 tres horas lo que ningún otro en varios años. Me hizo pensar, me conmovió y me hizo reír como nunca. Era la mejor cita en mucho tiempo. En un momento la charla se puso seria y él me contó de su infancia complicada, de sus orígenes sumamente humildes y de su abuelo pianista del cual heredó su amor por la música. Yo les juro, estaba embobada. Eran las 4.30 de la madrugada y los del bar nos invitaron a retirarnos. Nosotros como dos adolescente nos fuimos muertos de risa. "Para mi es temprano" dijo él. "¿A dónde vamos?" pregunté. Y entonces me dejé llevar. Lo que sigue no lo van a poder creer. O sea, tengo casi 30 años y caí como si tuviera 15.
"Quiero que leas algo que escribí. Es sobre mi vida, necesito que lo leas y así vas a poder ver quien soy, te prometo que lees eso y después nos vamos a desayunar por ahí". Y así fue como que de buenas a primeras me encontraba en el living de su casa.
Entrar a la casa del Bipolar es un camino de ida. Tiene todos los tips que a una chica como yo pueden volver idiota viniendo de un chico como él. Un piano prolijamente acomodado y lustrado, una mesa de poker, un equipo de golf, varias guitarras en exibición y un armario con aproximadamente 1500 cd´s y dvd´s (literalmente). Encendió su notebook también último modelo (en la vida del Bipolar los objetos Premium son fundamentales) y abrió un archivo de Word de nueve páginas. Mientras yo leía la historia de su vida en nombres ficticios, él se sentó a mis espaldas a tocar en el piano Moon River de Frank Sinatra. Nunca en todas las noches de mi vida tuve una noche así. Y lo juro, tuve muchas noches. Mientras promediaba la lectura él dejó el piano y se sentó a mi lado, me sirvió un vaso de cerveza y se quedó observándome en silencio. El relato se ponía emotivo y finalmente mi conmoción se hizo lágrima. Él lo notó y la secó con su índice. Lo miré por primera vez desde que había empezado a leer. Él también tenía una lágrima. Terminada la lectura, puso música y al ritmo de Ella Fitzgerald me invitó a bailar. Nos tocamos por primera vez. Yo no soy buena bailarina y nunca había bailado jazz. Él me marcó el ritmo. Sus dedos en mi cintura presionando ritmicamente para indicarme el momento del paso doble. Su otra mano acomodando mi palma sobre su pecho. Su piel suave, su olor a niño. Su voz en mi oído "Te estás dejando llevar". En mi cabeza sólo él y sus manos en mi cintura. Apoyé mi cabeza en su pecho y seguimos bailando media hora en silencio. Solo su respiración y la mía a un ritmo que parecía que veníamos compartiendo desde siempre. Silencio y penumbra. Se terminó la música pero seguimos bailando. Y perdonen que me extienda tanto pero necesito contarlo. Seguimos bailando completamente a oscuras, sin música y sin palabras. Levanté entonces mi cabeza y él corrió despacio el pelo que me cubría la cara. Puso sus manos a cada lado de mi cuello, como si supiera que es mi punto débil, y me besó. Con el beso más tierno e intenso del mundo. Después de ese beso no tengo mucha noción. Sólo recuerdo que un momento antes de llegar a la cama sacó de una gaveta un libro desvencijado y viejo. Era de Bécquer. Era, increíblemente, el primer libro de poesías que yo leí cuando tenia 10 años. Sacó entonces el libro de Bécquer, buscó entre las páginas y me leyó no recuerdo bien que poesía. Decididamente yo estaba entregada a ese hombre, dispuesta a fugarme con él, casarme con él y tener mas hijos que Maru Botana. Todos flacuchos y feos eso sí. Hacer lo que él quisiera. Y eso hicimos. Lo que él quiso. Y fue el principio del fin. En la cama todo fue "muy rápido" (¿Se entiende, no?) pero no me importó. "Las primeras veces no siempre son buenas" me mentí a mi misma, contenta porque él parecía haber disfrutado al extremo y me abrazaba para dormir. Y en este punto se produjo un quiebre.
Esa noche me dormí en los brazos de Don Juan de Marco y a la mañana siguiente desperté con el hermano idiota de la película Rainman.


Continuará...

jueves, 24 de abril de 2008

El Nene

El Nene por definición no puede tener más de 25 años. No importa si vos tenés 27, 34 o 52. Va a traerle a tu vida la sensación de retroceder en el tiempo. Vas a verle en los ojitos el ímpetu de Monzón en la época de La Mary y la ternura de Bambi. Va a despertarte los más bajos instintos y te va a poner en contacto con tu lado maternal. A
l Nene lo vas a conocer en el asado de inauguración de la quinta de los padres de tu jefe o en el bautismo del hijo de tu amiga un sábado a la tarde. Nunca va a avanzar de manera directa, va a pedirle tu msn a alguien y al día siguiente te va a mandar un PPT del Mundial de Italia 90.
El Nene sin dudas es ultra cogible, tiene espaldas anchas, brazos de guardavidas y la altura de Manu Ginobili pero los ventipico se le van a salir por los ojos. Te va invitar a tomar algo al Cinema de Cábildo y Juramento y cuando llegues hecha una reina te va a mirar embobado. El Nene todavía no maneja el reflejo de disimular y no mirar fijo el escote y cada vez que lo sorprendas mirándote las tetas se va a poner color tomate cherry. Vos vas a empezar a saborear la victoria después del segundo cortado de la noche. Van a salir a caminar por la calle y por momentos los silencios se van a hacer eternos. Ese va a ser un instante crucial porque serás vos mi querida, la que va a tener que tomar las riendas. Buscarás temas de conversación, dejarás caer el bretel de tu musculosa sobre tu hombro y encenderás todos los cigarrillos de la noche riéndote por dentro del tembleque de su mano cada vez que te acerca el encendedor. Sabélo, al Nene siempre le van a temblar las manos.
Después de caminar 500 cuadras a la manzana y de haber hablado de los protagonistas de Jugate Conmigo en el año 91 va a llegar el momento del beso. El Nene va a dar mil vueltas, te va a correr el pelo de la cara, va a carraspear como Sandro sin el pulmotor y va a a acercarte los labios a 7 centímetros. Pero serás vos la que finalmente tenga que desandar el camino restante y morderle despacito la comisura del labio inferior. Ahí amiga, sabrás que has desatado una tempestad. El Nene con sus manos todavía temblorosas va a intentar con movimientos torpes desabrocharte el corpiño, sacarse los zapatos y apagar la luz todo el mismo tiempo mientras te susurra al oído La incondicional de Luis Miguel.
Una vez más serás vos la que le marque el ritmo y le des tiempo a los tiempos de ambos. Vas a enloquecerlo, desquiciarlo y hacerlo suplicar. Pero como las criaturas vienen cada vez más despiertas, El Nene va a entender rápido y va a regalarte noches tan tiernas como intensas. Y digo tiernas porque El Nene todavía no sabe los códigos idiotas de los de 30. El Nene te abraza aunque no esté enamorado, te mira a los ojos aunque no te presente a los padres y al momento de dormir te acomoda en su pecho como si fuera a cuidarte para siempre. A la mañanba siguiente va a salir corriendo con los pantalones a medio poner porque se quedó dormido para ir al trabajo y desde el bondi va mandarte un sms que diga "Gracias por esta noche mágica". Vos todavía medio dormida y con las piernas tembleque por la noche de sexo ininterrumpido vas a sentir el impulso de la inocencia otra vez y le responderás "Gracias a vos, Dulce".

miércoles, 23 de abril de 2008

El Amante


Al amante lo conociste de casualidad. En el boliche en el que le festejaron el cumpleaños al novio de tu hermana o en el casamiento de la prima de una amiga al que fuiste de colada. Estaban en distintos grupos de personas y ambos vestían bien. Lo viste a lo lejos entre las luces de la pista bailando "El menaito". Te gustó de una y vos a él. Te sorprendió en un pasillo a las 4 de la mañana y medio escondido atrás de un antifaz de Pluto en el carnaval carioca te pidió tu teléfono y te dijo que en ese momento no podía hacer mucho más porque tenía que irse. Así de ilógicas empiezan las historias con El amante.
El amante siempre está prohibido, generalmente tiene novia o es cura o guerrillero de las FARC en misión secreta en Buenos Aires. Y eso es lo que te da morbo. Vas a tener con El amante las mejores noches de tu vida. Nunca vas a enamorarte de él pero cada vez que se te acerque la piel se te va a romper en mil pedazos. Como dije El amante esta prohibido por eso vas a encontrarte con él a destiempo, en la fosa de un taller mecánico a las 4 de la tarde o en el confesionario de una reunión episcopal un domingo a la mañana. Va a llevarte hasta el delirio todas y cada una de las veces y vas a querer que se esfume pronto para mantener el misterio. El amante no sabe cuando cumplís años ni vos sabés como se llama su perro, no te pregunta como te fue en el médico ni cuanto pagás de ABL. No te invita al cine ni le planchás las camisas.
El amante no tiene fecha de vencimiento ni te hace escenas de celos. Es un fantasma, una fantasía. Cada encuentro con él es una mezcla de "Nueve semanas y media" y "Garganta Profunda 3". Te propone cosas, te dice porquerías berretas y no te importa nada más que su cuerpo de Adonis y sus ojos viciados.
No esperás nada de él, ni que te llame, ni que deje los hábitos eclesiásticos, ni que se separe de la novia, ni que se afeite la barba de guerrillero. Sólo necesitás una noche con él cada 15 días para que te deje de buen humor el resto de la semana.
El amante no es más que una sumatoria de prohibiciones que lo hacen deliciosamente deseable.
Será sin dudas una de las experiencias más memorables de tu vida siempre y cuando puedas mantenerlo clandestino, oculto hasta la siguiente vez que en el visor de tu celular leas alguna guarangada y corran a encontrarse, esta vez en el campito de atrás de cuartel secreto de entrenamiento.

martes, 22 de abril de 2008

El Complicado




El Complicado es básicamente eso, un tipo complicado en todos y cada uno de los aspectos de su vida.
Arrancó con la terapia desde los tres años aproximadamente. En el jardín de infantes dibujaba manchas con crayones negros y hacía muñequitos de plastilina sin cabeza, en la escuela primaria era el único del curso que tenía entrevistas semanales con la psciopedagoga y en la secundaría ningún profesor se acordaba su apellido.
El complicado es inteligente pero no lo sabe. Trae alguna historia densa desde la adolescencia. Puede que su padre se haya hecho travesti o que su hermana esté presa en la base de Guantanamo.
A simple vista es un tipo del montón. No es ni muy atractivo, ni muy carismático. No se destaca por ser un gran contador de chistes ni animar ninguna fiesta. El Complicado simplemente está ahí desde siempre. Puede haber sido el mejor amigo de un primo tuyo o el compañero de banco de tu mejor amigo incluso el hermano de una amiga que no ves hace tiempo.
Un día El Complicado te habla, se te sienta de casualidad al lado en una reunión o lo cruzás en la parada del bondi y de la nada empieza a hacerte preguntas de tu vida, a contarte que se encontró en el super con el primo del amigo que tienen en común y al minuto te sorprendés a vos misma dándole tu número de teléfono y pensando en lo misterioso de su mirada. Ahí sabélo, estás lista nena.
Tendrán una primera cita donde el va ir vestido así nomas pero no importa, porque la van a pasar tan bien que te vas a olvidar de la remera del año 92 que lleva puesta. El Complicado no va a besarte, no por caballero o respetuoso sino por complicado.
Va llamarte a la semana para decirte de salir un jueves a las 2 de la tarde y te va a cancelar 10 minutos antes porque internaron a la abuela en el Moyano.
A esta altura vos sólo vas a pensar en lo buen tipo que es y en lo misterioso de sus ojos.
El Complicado no es mentiroso, no le interesa. No le importa lo que pienses porque vive todo el tiempo mirando su propio y complicado mundo, pensando en que no existe la posibilidad de ninguna relación sana después de que su única novia lo celó hasta el punto de olerle los calzoncillos y decirle a toda la familia que el se acostaba hasta con el verdulero.
Cuando la gente que tienen en común se entera que ustedes "tienen algo" van a alegrarse por él porque al fin encontró "una mina como la gente", pero después de escucharte repetir hasta el hartazgo que no te llama, que te invita a la casa a las 3 de la mañana de un sábado y te recibe en pantuflas y borracho van a decirte "no es para vos". Y vos que también sos una complicada pero en otros sentidos vas a encapricharte.
Primero intentarás hacerte cargo de solucionarle sus problemas. Vas a regalarle un potus para darle vida a la casa, vas a averiguar por internet como acceder a los planos secretos de la base de Guantanamo para que él pueda mandarle un osito de peluche a la hermana y hasta vas a pensar que su problema con el alcohol no es un problema sino un modo de relajarse ante tanta complicación. El Complicado nunca va a registrar nada y pasarán meses hasta que veas que no esta sufriendo ni en crisis. Que su estado no es transitorio y que vos sos algo asi como nada para él. Él es así y está bien como está. Entonces una mañana antes de que él salte de la cama para desayunarse el primer porro vos vas a agarrar tu cartera y te vas a ir sin esperar que sea él el que diga "Hablamos".