lunes, 26 de mayo de 2008

El de "un Antes y un Después"


El de "un antes y un después" marca un momento crucial en tu vida sexual. Después de él el sexo será diferente para siempre.
Una puede conocer muchos o pocos hombres pero todas tenemos uno que podemos marcar como el de " un antes y un después".
El de "un antes y un después" aparece en tu vida como un extraño, lo conociste por un blog o mediante intercambio epistolar con una ONG para salvar una especie en extinción de peces de la Isla de Pascua. Nadie te lo presentó, nunca le viste la cara pero de un instante a otro estaba en tu msn y en tu teléfono.
El de "un antes y un después" es inteligente y creativo, las charlas con él son un desafío intelectual, te hace pensar, se muestra ambiguo y por momentos un tanto agresivo. No con insultos claro, su actitud es desafiante, te corre y vos, rapidita de mente, te dejás agarrar.
Las charlas con se hacen cotidianas y noctámbulas, vía msn o por teléfono se descubren varias veces mirando amanecer cada cual por su ventana. Pasan así algunas semanas y en esta instancia claro, ya hubo intercambio de fotos. Él nunca va a decir nada sobre tu belleza sino que va a centrarse en tu mente. Y ahí empieza a funcionar el "antes y el después". Este tipo de tipo va a seducirte con la cabeza. Va a conectarte con lugares mentales tuyos que ni vos misma conocías.
Después de contarse sus historias de amores y desamores las charlas irán subiendo de tono pero desde un lugar distinto al habitual. No van a existir las frases del tipo "A ver bebita, decíme como estás vestida". Van a hablar desde otro lugar. El va a generar situaciones imaginarias que sin rondar lo erótico o lo sexual van a dejarte sumamente exitada.
Hasta que un día van a citarse en cualquier esquina una noche de invierno. Vos vas a llegar todo lo puntualmente tarde que la ocasión amerita y vas a caminar la cuadra que te separa de esa esquina con la vista fija en él. Entre las penumbras del frío de esa noche vas a divisar su silueta recortándose contra unas luces lejanas. A medida que la distancia se acorta ves su piel clara, sus manos grandes, su postura descuidada y ambigua. Parece un hombre jugando al niño. Antes de que puedas sorprenderlo por la espalda él va a darse vuelta ante el sonido de tus botas en las baldosas invernales. A penas podrás distinguir sus rasgos antes de que él te abrace y te diga al oído "al fin". El abrazo va a ser sincero y muy intenso. El "al fin" de sus labios pegados a tu oído y sus manos una en tu nuca y otra en la cintura abrazándote contra su pecho te desconciertan un poco. Se sueltan. Los dos están nerviosos y vos propones caminar. Querés sin dudas sacarle la ficha. Lo mirás sin disimulo y a primera vista no te parece atractivo. Te detenés en cada parte de su cuerpo y él se deja mirar. Sus manos son inquietas y grandes. Su cuello blanco y su nuez prominente tienen una masculinidad desmedida. Te quedás mirando su cuello mientras él habla sin parar de nimiedades y absurdos, vos apenas lo escuchás. Quedaste prendida, fregada y erotizada en ese cuello. Vampirizada y con ganas de morderlo despacito mucho rato. Intentás recomponerte pero ya nada es lo mismo. Centrás tu mirada en su cara. Sus ojos de fuego, su boca de vicio. Te despertó. Y tu libido ya nunca será la misma. Todo es ambiguo. El también te mira fascinado. Se atraen y se repelen. Caminan por la calle distanciados como si no se conocieran pero hablando casi a los gritos. Los dos intentan manejar la situación, mostrarse seguros y dominantes para cuando llegue el momento del duelo. Es que él de "un antes y un después" se metió con tu cerebro, con tu razón y la hizo trastabillar. Y eso que todavía no te tocó.
Llegaron al bar y se sentaron uno frente a otro. Las luces están bajas y la música fuerte. Cuándo el mozo se acerca vos sin consultarlo pedís por los dos y él acepta risueño. Te mira de lejos, te está midiendo, rondando, no sabe por donde y eso te divierte. Sus nervios te dan seguridad y por un ratito tomás el control. Empezás a hablar, a mover tus manos y gesticular. Está perdido, quiere tocarte y se le nota. Te levantás y vas al baño a morirte de risa. Pasás por adelante de él despacio para dejar que te vea y caminás hasta el baño sin darte vuelta sintiendo la intensidad de su mirada fulminarte por la espalda.
Las cartas están jugadas y no entendés de donde te saca este pibe tanto morbo. Hervís de nada cada vez que te habla. Buscás con tus ojos todo el tiempo su boca. El te propone ir a otro bar. Salen a la calle y caminan callados. Al llegar a la esquina el semáforo los detiene, el frió apura y él baja el cordón de la vereda y se para frente a vos "Dame un abrazo" dice, vos y todo tu morbo lo abrazan con el abrazo más sensual que diste en toda tu vida. Están muy cerca y muy abrazados y muy vestidos y a pesar de eso podés sentir contra tu cuerpo su erección. Y no, la verdad es que no querés soltarlo. Siguen caminado y en el otro bar la charla se hace intensa. Hablan de la vida de cada uno, de sus historias y de sexo. Las primeras veces, la ambiguedad, las útimas veces. El aire explota. Tu respiración se agita y bajo la mesa que los separa sus piernas empiezan a buscarse. Te mira la boca en silencio. Los dos se ríen. El te amenaza "no me mires así" y vos le retrucás un "sí quiero". "Levantate, nos vamos" dice él como enloquecido. Y vos te acomodás bien a tu asiento mientras le escupís un "Vení y levantáme vos". Un camino de ida fue esa frase, corazón. Él va a levantarse y en el medio del bar repleto va a pararse frente a vos que todavía estás sentada. Va a ponerse cerca, bien cerca, él es alto y si vos estás sentada tu boca va a dar justo a su sexo. Cerca, bien cerca y cada vez más "Levantate" vuelve a decir.
Van a salir desbordantes de ese bar. Y en el taxi hasta la casa de él van a abrazarse. Todavía no lo besaste, todavía no lo tocaste, ni sentiste su piel, ni su lengua, ni sus gemidos pero ya te marcó un antes y un después.
Al llegar a su casa te invitará a sentarse en un sillón. Van a seguir abrazados un largo rato como si en algún punto temieran lo que está por venir, como si los dos supieran que la noche iba a ser determinante. Acariciás despacio su pelo y pierde sus dedos en tus rulos. Vos cerrás los ojos y entonces todo empieza a tener otra dimensión. Baja las manos despacio por tu cuello y finalmente sus labios explotan en tu boca. Las luces están encendidas y en medio instante ambos están desnudos. Su cuerpo es exacto o tu deseo demasiado intenso. Sus manos te recorren y sus ojos no dan crédito. Encastran perfecto. Una vez desnudos él te agarra de la mano y como dos chicos risueños van corriendo a la cama. Y ahí es donde se terminan de jugar todas sus cartas. La habitación está completamente a oscuras y hace frio. Tu cuerpo se estremece de una manera que jamás percibiste. El te tiene. Te toma. Te besa. Te habla. Te gime. Lo sentís enloquecer y perdés el sentido. Todo es nuevo. Cambia. Es sexo sí, pero distinto. No entedés si es por él, por vos, por la química o por que sí. No entendés. Disfrutás cada contacto, sentís cada caricia, cada apriete, cada lamida, cada palabra. Los parámetros que conocías desaparecen. Él también está desconcertado, a cada instante lo dice. Frena, te mira. No entiende, intenta calmarse y vuelve a enloquecer y a enloquecerte. Pasarán así incontables horas esa noche. Quedarán tendidos en medio de toda esa locura de morbo, fantasías y desenfreno. Exahustos a la mitad de camino de otro orgasmo, van a quedarse dormidos al unísono. Y la mañana siguiente serán sus cuerpos los murales de tanto desquicio. Labios rojos, suaves magullones y una sonrisa grabada a fuego serán durante varios días testimonios visibles de esa noche en la que en tu vida sexual hubo "un antes y un después".
A la distancia después de mucho tiempo y muchos hombres, podrás ver que existen mejores noches que aquella y amantes más intensos que aquel pero sabrás (aunque algunas veces te cueste recordar su nombre) que al conocerlo a él no volviste a ser la misma mujer. No dejó marcas emocionales, nunca llegaste a enamorarte ni por un minuto de él. Te rompió la cabeza por otro lado. Te puso en contacto con una parte tuya que no conocías, te despertó instintos que no sabías que tenías. Te limó, te enloqueció y le hizo a tu cabeza un click. Y eso te cambió para siempre a nivel sexual. En la cama no vas a volver a ser la misma. Vos chocha y los que siguieron después de él también.

26 comentarios:

Anónimo dijo...

Impecable, como siempre.

Maria Belen dijo...

no pude dejar de imaginar y sentir cada instante de este relato.muy bueno!

y es verdad, hay hombres que son un antes y un despues en nuestra vida sexual.

beso.

Anónimo dijo...

Escarbaste en mi recuerdo. Exacto en todo, excepto en que me enamoré... perdidamente.

Mínima dijo...

Si no llegué a la cama con él, también cuenta? Puede ser que te pase todo todito lo que decribís y que no llegues hasta las últimas consecuencias? Yo puedo! Así de complicada soy :P

Ani dijo...

Que cosa más bonita señoraaasss!
El relato, excelente. Muy preciso, mujer. Exacto el punto de temperatura.
El tipo de tipo, una joyita!!! Para el arcon de las cositas que queremos guardar hasta la eternidad.

Besos niña!

LGF dijo...

Julia:Gracias nena

LGF dijo...

MAria noel: Este blog se pone caliente amiga!!!
Jajaja mientras escribia este comentario justo el chicho que le hace honor a este post se conecta al msn. nada anecdotico. jajja

LGF dijo...

cooktime; Que cagada amiga... es un camino de ida el amor con un muchacho ais..

LGF dijo...

Minima: Te perdés la mejor parte!!! como q no llegaste a la cama!!!!????

LGF dijo...

Ani: -Una noche memorable. Su evocación eleva la temperatura

verborrea dijo...

y si me acuerdo el nombre?
y si hay noches en las que quiero un poco de su sombra amiga? que se hace en esos casos?

fuerte

muy

dificil recobrar la cordura despues de algunas cosas, pero es verdad, una chocha y el resto tambien
(linda palabra:chocha)

LGF dijo...

Fueron muchas noches amiga, mucho lime y mucha nada.Mucho barro que te mancha te ahoga y te deja helada.
Jugar a la porno esta bueno. Pero con los pies calentitos. Ya lo soltaste. Ya te olvidarás el nombre

Cherry dijo...

Aplausos de pie ! Ese antes y después es fundamental y concuerdo con cooktime yo también me enamoré de ese hombre.

La Coca dijo...

Lo bueno de estos chicos de "antes y despues" es que dejan mucho y no cuestan lagrimas!
Excelente relato!

Porteñita Secreta dijo...

Como siempe amiga, un lujo lo suyo.

Lo tuve, sí, y tampoco (gracias a Dios!) me enamoré. Pero creo que ese hombre me hizo aprender de mí misma casi todo lo que hoy sé sobre desempeño sexual.


(no deja de darme gracia que somos siempre las mismas en todos los blogs... ¿nos lamemos las heridas entre nosotras? :)

LGF dijo...

Cherry: AY! que feo. Como resultío ese amor?

LGF dijo...

Coca:Excelente resúmen
beso

LGF dijo...

Porteñita: Es ni mas ni menos q el redescubrimiento sexual.
Somos las mismas de siempre peor sería bueno q seamos más...
besos

Juan Pablo López dijo...

cómo es que una chica puede estar en todos los detalles?
cualquiera que te observara y descubriera tu poder de observación y de experimentación de lo que sucede alrededor e internamente, te amaría con locura, cuidando que el más mínimo detalle te llegue.
De hecho, más te vale que nunca te cruce...

LGF dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
LGF dijo...

Juan:Porque una chica no habría de estar en todos los detalles.? Sensaciones. Vivir cada noche como la mejor. amarme con locura? quien sabe..
mejor, mejor que no nos crucemos

Mariscal dijo...

De joven, las mujeres se me escapaban con facilidad.

De casado las dejaba escapar yo.

Y llego un día en el que también yo supe que habría un antes y u después de ella.

Jamás creí que yo podría tener a una hembra como aquella.

A partir de ese momento tomé conciencia de lo que era capaz de lograr.

Me sentí totalmente identificado con es hombre que describiste tan rotundamente.

Excelente relato!

LGF dijo...

MariscaL: Lo mejor de todo cuando llega ese día, es saber que para el otro la sensación es la misma.
gratifica,
Besos

Nanys dijo...

Excelente relato!
Me siento tan identificada tambièn...
Tuve mi "un antes y un despuès", mi "nuncamasino"... pero metì la pata...
Yo sì me enamorè... a full...

Anónimo dijo...

Excelente! Todavía tengo la piel erizada...
Y si, yo a ese tipo le digo "El que tiene mi manual", y por suerte tampoco me enamoré... Y lo mejor es que todavía de vez en cuando, cuando es necesario, lo llamo y está...
Es algo así como un caballito de batalla, ese pantalón que siempre te queda bien...
Beso

Anónimo dijo...

Me encantó, hermoso!